28 de julio de 2009

Restauración de la Finca de la Orilla (Anaga)

El pasado martes día 28 de Julio, se realizó una visita a la restauración ecológica en la finca de la Orilla, en la zona de El Moquinal, Anaga (Tenerife) organizada por el Grupo de Conservación y que fue guiada muy amablemente y con mucho detalle por Carlos Hernández, Ingeniero Agrónomo y Agente de Medio Ambiente. La finca de la Orilla se encuentra dentro del dominio potencial de monteverde húmedo (Lauro novocanariensis-Perseo indicae sigmetum) según el mapa de vegetación del Sistema de Información Territorial (aunque en la actuación se ha considerado que es dominio de monteverde seco -Visneo mocanerae-Arbuto canariensis sigmetum-). La finca ha sido privada hasta hace poco tiempo, cuando ha sido adquirida por las instituciones públicas para su restauración ecológica, ya que actualmente, en la zona se halla un bosquete monoespecífico de Pinus radiata, una especie originaria de america, que fue plantada aquí el siglo pasado dentro del marco de las políticas de repoblación con especies de rápido crecimiento que se llevaron a cabo durante la dictadura. Fue por lo lo visto de las primeras zonas donde se llevaron a cabo los ensayos con la plantación de estas especies en Tenerife y abarca unas 10-11 Ha.

Aparte de lo reconfortante que puede resultar una restauración para los que nos preocupamos por la conservación de la naturaleza (algo que mucha gente podría no entender), existen otros motivos más prácticos para una actuación de este tipo: Se aumenta la riqueza y biodiversidad del ecosistema y del paisaje, eliminando la homogeneidad del pinar alóctono en cuestión, y se introduce la heterogeneidad de la laurisilva pluriespecífica, proporcionando de paso nuevas oportunidades de establecimiento a especies autóctonas o endémicas de fauna y flora que pueden encontrarse en distintos niveles de riesgo por la alteración de sus hábitats. El paisaje es uno de los atractivos para el turismo de nuestras islas, y se debería de cuidarmás de lo que se hace. Por otro lado, aunque en este caso el terreno no estaba deforestado, el reforestar una zona evita la erosión y pérdida de los suelos. Los suelos de la laurisilva son muy profundos y desarrollados, ricos en materia orgánica. El bosque de laurisilva provoca la condensación de la niebla que aportan los alisios (lluvia horizontal), por lo que es primordial la restauración en aquellas zonas donde sea posible, de cara a luchar contra la desertificación que avanza cada vez más en las islas a consecuencia de la actividad del hombre. La captación de la lluvia horizontal recarga los acuíferos de los que depende la agricultura y abastecimiento de zonas urbanas.

Una desventaja: se pierde una zona muy apreciada para los amantes de las setas, pues aquí viene mucha gente a recogerlas en su época, ya que crecen en gran cantidad. Es la mayor de las quejas que se escuchan de la gente que aparece por allí y ve la actuación. Qué se le va a hacer...el cambio vale la pena.

Las especies empleadas para la restauración se han elegido tomando como referencia formaciones cercanas de condiciones climatológicas equivalentes, y más que especies de monteverde húmedo, se han elegido de monteverde seco por este criterio, además de que parecen más adecuadas sucesionalmente. No olvidemos que una restauración no persigue recrear una formación clímax, lo cual es imposible, sino crear las condiciones necesarias para que a partir de ahí los factores ecológicos y biológicos naturales tomen las riendas y no sea necesaria la mano del hombre en su desarrollo posterior. Esto no quita para que se hayan ubicado localmente las especies según un mínimo criterio acerca de sus requerimientos ecológicos particulares, y así por ejemplo se hayan ubicado los ejemplares de viñátigo preferentemente en barranquillos y zonas más húmedas.
Una de las laderas plantadas


Hermoso ejemplar de madroño (Arbutus canariensis)

Tras la tala inicial se llevó a cabo la plantación de la primera fase con palo blanco, tiles, fayas, barbuzanos, madroños y naranjero salvaje. La tala del pino se realiza a matarrasa (se explota su madera para hacer palés, ya que la madera no es de gran calidad), ya que la entresaca se considera un método que retrasa mucho la consecución del proyecto, y además puede darse el caso de que favorezca a los ejemplares que se pretenden eliminar, proporcionándoles espacio para ampliar sus copas y vigorizarse, con lo que se evita que de hecho crezca lo que se quiere plantar. Asimismo se entiende que el riesgo de erosión por la matarrasa no es significativo. De hecho este pasado invierno fue ideal en este sentido, ya que fue muy lluvioso pero sin fuertes chaparrones que causaran cárcavas o escorrentías en el terreno. Actualmente se está talando otra fase que será plantada en octubre-noviembre de este año, donde pretendemos ayudar con alguna actividad voluntaria desde el grupo.

Zona donde se está talando actualmente. Las talas a matarrasa para aprovechamiento forestal están prohibidas hace 30 años, pero en el caso de las restauraciones sí se llevan a cabo por los motivos descritos.

En la restauración hay una zona que se ha bautizado como 'El bosque del Donante', donde se ha ubicado una escultura que tiene muy buena intención, pero que en nuestra opinión estaría mejor a la entrada del Hospital Universitario, por ejemplo. Esto ya es opinión de cada cual.

En relación con la divulgación y la participación popular en estos proyectos, consideramos importante un aspecto que no se lleva a cabo en las actuaciones de este tipo. Mucha gente que llega al lugar y ver una tala a matarrasa en medio del monte puede no entender qué es lo que se está haciendo allí. Un simple cartel informativo en el mismo lugar puede ser una solución (barata y simple), más en estas islas donde las susceptibilidades para con las actuaciones de los organismos medioambientales están a flor de piel en muchas ocasiones. Más allá de eso, los ciudadanos merecen saber en qué se gastan los presupuestos que salen de sus impuestos y además , a nuestro juicio, sería una vía de educación y culturación medioambiental que llegaría a más público. Los espacios de publirreportajes televisivos tan en boga hoy día para mostrar paisajitos bucólicos podrían tener un enfoque más práctico en este sentido. Es sólo una idea.

Por contra, existe la intención de aprovechar una vieja edificación que queda en la zona para crear un Aula de la Naturaleza, lo que seguro es una buena herramienta para el conocimiento y educación medioambiental.

Por último, no queremos olvidarnos de agradecer su ayuda y colaboración a Guacimara Martín, bióloga y técnico responsable de la restauración. El proyecto es de la Oficina del Parque Rural de Anaga.

18 de julio de 2009

Ajardinamientos con coherencia

En estas islas donde el despropósito ambiental campa a sus anchas en muchos aspectos, alegra ver de vez en cuando que no todo se hace mal, y hay gente que apuesta por la flora autóctona y su uso en la jardinería con criterios lógicos. Últimamente miro de forma bastante crítica los ajardinamientos públicos, especialmente los de carreteras y periferias urbanas o zonas rurales.

A mi juicio, que es discutible, los 'ajardinamientos' de rotondas y bordes de carreteras deberían aproximarse más a una restauración paliativa del medio que ha sido alterado con la construcción, que a un intento, muchas veces vano, de tratar de embellecer la zona sin más criterio que plantar un conglomerado de especies exóticas, o mezcla de autóctonas y exóticas, muchas veces de manera muy desafortunada incluso estéticamente. Sin embargo, el uso de especies endémicas o autóctonas, también debe conllevar un mínimo criterio y conocimiento de las mismas, para no llevar a cabo trasiegos genéticos improcedentes dentro del mismo territorio, o simplemente para optimizar el resultado de su uso en la jardinería urbana o de carreteras, vigilando que la zona a plantar sea apropiada para los requerimientos climatológicos de la especie. No hablo de restauraciones ecológicas de un hábitat o ecosistema por supuesto, ya que estamos hablando de espacios inmersos en áreas fuertemente antropizadas, sino simplemente de no dejar pelados los taludes y terrenos adyacentes a los viarios, y ya de paso, que ésto se haga con las especies que un día ocuparon esos lugares de manera natural. ¡qué menos!.

Como ejemplo que realmente me hace pensar que alguien no entendió bien este concepto, tenemos (entre muchos otros) la plantación de pinos que se ha hecho enfrente mismo del edificio donde están las dependencias de Medio Ambiente en Tenerife, fuera por completo de su ámbito ecológico, y pegados a infraestructuras como una autopista. Esperemos que el día que esos árboles midan 25-30 m de altura, no caigan sobre la vía uno de esos días de tanto viento que suelen darse en la zona, o que un motorista caiga por resbalar con pinocha o piñas desprendidas de los pinos. A mi juicio, si se querían usar especies autóctonas, se debieron usar otras como almácigos, acebuches, sabinas, etc, de menor porte y riesgo para las vías adyacentes y propios de el piso bioclimático que nos ocupa. En otro momento trataré de poner fotos de esto que comento.

Pero volviendo al principio después de tamaña disertación, me alegra ver que algunas personas sí tienen las ideas más claras al respecto. Como ejemplo presento éste ajardinamiento sito en la rotonda de entrada al barrio de Taco, construida sobre un túnel del trazado del tranvía. Los elementos empleados son unos pocos, pero acertados. No se trata de poner un jardín botánico sobre una rotonda. Un drago como elemento destacado y el uso de especies con pocos requerimientos hídricos (ventaja fundamental en esta tierra donde siempre hay que vigilar el uso del agua):


-Unos pies de tabaiba amarga (Euphorbia lamarckii).
-Unos pies de tabaiba dulce (E. balsamífera).
-Unos cardones (E. canariensis), muy apropiados, ya que la rotonda se encuentra a la entrada de la subida hacia el barrio del Cardonal. Por fin habran cardones en el Cardonal...
-Unas siemprevivas (Gén. Limonium).
-Unos pies de Asteriscus, si no me equivoco.



En realidad esta zona es de potencial termófilo (Junipero canariensis-Oleo cerasiformis sigmetum), según el mapa de vegetación del Sistema de Información Territorial del Gobierno de Canarias (herramienta utilísima y fácil consulta), pero estas especies a mi entender son muy acertadas también para la zona. En las fotos se ve que todavía no tienen porte, pero cuando lo alcancen será mayor su valor ornamental.


Para terminar de alegrarme, me fijo que en la avenida colindante, los árboles que han sido plantados a los márgenes son almácigos (Pistacia atlántica), que en teoría sí que están dentro de su distribución potencial, y cumplen perfectamente con su función ornamental además. Una pena que estos criterios no se hayan seguido en más lugares cercanos.



Para concluir, y de alguna manera justificar todo lo anterior, quizá convenga recopilar esta serie de ventajas que puede tener el uso de plantas autóctonas:

· Son plantas propias de la zona, adaptadas al régimen hídrico, temperatura y suelos del lugar, lo que disminuye sus necesidades hídricas y gastos de mantenimiento.
· Sirven de elementos integradores entre el medio urbano y el rural o natural.
· Son las más apropiadas para restaurar paisajes degradados por impactos ambientales.
· Pueden actuar de focos de recolonización futura.
· Son un campo interesante de experimentación y reto para paisajistas (repito, con criterio).
.Muchas de ellas, como en nuestro caso el drago, tienen importante significado etnobotánico.
.Se reduce el riesgo de asilvestramiento de especies foráneas a partir de los ajardinamientos.
.Puede servir para que los ciudadanos conozcan un poco mejor la flora propia de su región.

En este aspecto es interesante esta iniciativa peninsular:
'Especies silvestres mediterráneas con valor ornamental'.
http://repositorio.bib.upct.es/dspace/handle/10317/909

Espero que les guste la entrada, y por supuesto, que opinen. Saludos.
J.M.L.